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El Hijo Obstinado.

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El hijo obstinado

Uno de los retos más grandes que afrontamos en la vida es tratar de criar bien a nuestros hijos. Muchos padres devotos hacen todo el esfuerzo y sin embargo aún así sufren de quebranto en sus corazones al ver a sus hijos escoger el camino equivocado. Los hijos cometerán errores. Incluso hijos «buenos» que normalmente son obedientes pueden ceder a la tentación y ser culpables de pecados evidentes. Los padres tienen que tratar con esas situaciones de una manera justa, firme y amorosa. Se debe aplicar la disciplina debida con miras a ayudar a todos los involucrados. Por supuesto, la mejor solución es la prevención. Los padres tienen que alentar a sus hijos a hacer lo correcto de las siguientes maneras:

1) Enseñándoles lo correcto (Efesios 6.4)

2) Dándoles buen ejemplo

3) Proveyéndoles del entorno en el que les sea fácil a los hijos hacer lo correcto

4) Motivándolos verbalmente a hacer lo correcto.

La Biblia exige que los padres disciplinen a sus hijos; lo cual incluye castigarlos cuando hacen lo incorrecto      (Hebreos 12:6)

¿Qué de los hijos que, a pesar de que fueron criados devotamente, son desobedientes y parecen decididos a vivir la vida a su manera, para detri-mento de los mismos?

He aquí algunas directrices para los padres de estos hijos «obstinados»:

La personalidad del hijo debe ser considerada como un hecho, no como una falta. El hijo que está decidido a rebelarse sigue necesitando el amor de los padres.

El hijo que se resiste a la instrucción no nec-esariamente tiene una madre o un padre «malo».

La rebelión no siempre es causada por los genes del hijo ni el entorno familiar.

¡Los padres tienen que perseverar! Necesitan tener el coraje suficiente para persistir en poner, y hacer valer, las mismas reglas que se usan en la crianza de otros hijos, pese a que la tarea se hace doblemente difícil debido a las características del hijo obstinado.

El padre y la madre tienen que continuar orando para que algún día la obstinación del hijo pueda ser canalizada correctamente. Un hijo así todavía tiene un gran potencial para convertirse en una buena persona, no solamente en un cristiano fiel, sino en un discípulo de Cristo de carácter fuerte que no podrá ser alejado de la verdad.

El adolescente rebelde

Algunos hijos, a pesar de que se les enseñó correctamente, son tan rebeldes que terminan en prisión o luchando contra una adicción. ¿Qué puede hacer un padre cuando sucede una tragedia así?

Siga expresándole amor a ese hijo y haga lo mejor para él.

Por ejemplo, es mejor dejarlo sufrir las consecuencias de la desobediencia o de las actividades ilícitas que ayudarlo a evitar esas consecuencias.

Identifique las razones para tal comportamiento

Escucharlo es fundamental. Tratar de entender no es excusarlo. El comprender como piensa un adolescente rebelde podría conducir a una forma de abordar ese mal comportamiento. Si el adolescente tiene una queja legítima, los padres pueden pedir perdón (vea Efesios 6.4), a la vez que se le responsabilice de sus

fechorías.

Ore.

Los padres de un adolescente problemático tienen que buscar la ayuda de Dios, orando por sabiduría para saber qué hacer y para que el hijo entre en razón (vea Lucas 15.17).

Busque ayuda

Otros, como maestros, entrenadores, ministros, consejeros cristianos y demás adultos comprometidos, podrían ejercer una buena influencia en el hijo. Puede que la ayuda venga mediante organizaciones juveniles o actividades comunitarias.

Actúe

Si un adolescente desafía a los padres, irrespeta las autoridades y se ve envuelto en actividades ilegales o inmorales, los padres cristianos no pueden darse el lujo de ignorar la situación. ¡Tienen que hacer algo! Lo que deban hacer es difícil de determinar y variará dependiendo de las circunstancias. Puede ser útil hacer

cumplir estándares admisibles de conducta. El castigo, esto es, privarle de ciertos privilegios, podría ser eficaz. Cambiar su entorno podría ayudar. Puede que sea necesario mantener al adolescente bajo un horario estricto, para que así los padres sepan siempre dónde está y qué está haciendo. Los padres tienen que tratar de hacer

algo, aunque no parezca tener el efecto deseado. ¡Ver a un hijo que va cuesta abajo a la ruina y no

hacer nada es el peor error que pueda cometer un padre de familia!

“Hoy es tiempo de Cambiar”