No por ser hombres y cabeza de la familia significa que no cometemos errores. Encontramos en los grandes hombres de la Biblia que ellos también los cometieron. No cometer errores sería imprudente porque entonces seriamos “Dios” y El no le presta el trono a nadie. A continuación mencionará algunos de ellos, por ejemplo:
1. Considerar a la mujer como una meta a conquistar.
Generalmente, al principio de la relación el hombre suele ver a la mujer como una conquista. Eso lo motiva a trabajar para llamar su atención y su corazón. Pero cuando finalmente cuando la conquista y se casa, traslada su atención al próximo desafío, que siempre tiene que ver con su profesión. Se concentra en el trabajo y deja a la mujer moribunda por falta de atención. En su creencia de que en el trabajo obtendrá su realización personal va sacrificando a la familia, el matrimonio, la propia salud y otras cosas, iguales o más importantes que el trabajo. Si yo fuese mujer y esposa una de las cosas que haría para ayudarlo sería mirar su agenda de trabajo; revisarla muchas veces en secreto y también en secreto ver como ayudarle a quitar cargas y que las coloque en mi persona. Al revisar sus cargas notaria como mujer y esposa que encontraría que está repleta de actividades legítimas, pero con poco espacio para descansar, disfrutar y mimar a tus seres queridos. Alguien dijo una vez: “Hay velas que alumbran todo, menos su propio candelero”. Tú matrimonio y, por ende tu familia, es tu primera responsabilidad. ¡Cuídala!
2. Olvidarse del romanticismo y el galanteo.
Varón, tu esposa necesita sentir que es la única entre todas; pequeños gestos amables fortalecerán el vínculo matrimonial. Por ejemplo, lleva a tu esposa a todas las reuniones sociales que tengas. Cuando te sea posible viaja con ella y, si no puedes llevarla, que tus acompañantes si es posible sean varones. No te avergüences de abrazarla en público o tomarla de la mano. Hazla sentir como la única mujer sobre el planeta. Sé sensible a sus necesidades. Elógiala y presta atención a los pequeños detalles. El galanteo es la razón por la cual muchas mujeres ceden instintivamente al sexo. Saben que es uno de los pocos momentos en los que sienten afecto, cariño y el contacto físico tierno que no encuentran fuera de la cama. “Allí, en el acto mismo del amor, sienten la ternura de sus esposos en plenitud. En ningún otro lugar verás a un hombre en un derroche de cariño tal como en la cama, en el momento del amor. Aunque por desgracia la cosa vuelve a la normalidad cuando el tsunami sexual pasa. El varón que hace un instante enloquecía de amor y aullaba de pasión, vuelve al más lúgubre y tétrico anonimato afectivo y a la misma expresión aletargada. Vuelve el estreñimiento emocional. Por desgracia, luego de la más deliciosa y tierna intimidad, todo vuelve a la “anormalidad”, Varón, debes entender que para una mujer la relación no puede subsistir sin afecto. Para ella el sexo es importante, pero sin expresiones claras de amor fuera del dormitorio la relación está incompleta y la intimidad resulta insatisfactoria. Varón vuelve al romanticismo y cultiva el amor en pareja. Deseo y declaro que tu matrimonio prosperará con la bendición de Dios.
¡Hoy es tiempo de cambiar!