El peligro de compartir tu vivienda con familiares o amigos
Una pareja que vive sola dispone de toda la casa a toda hora para tener intimidad, sin tener que seguir o compartir reglas de otro, por lo que la complicidad a la hora del sexo beneficia el crecimiento de la pareja, pero cuando ésta vive compartiendo su hogar con otros, se ve truncada automáticamente, ya que la intimidad se reduce a cuatro paredes, algo que ocasiona estrés a ambas partes. El estrés diario puede generar que no estemos en disposición para tener sexo con nuestra pareja.
El problema es que la ausencia de esto en nuestras relaciones acrecienta el estrés. Cuando hay falta de sexo en nuestra relación debemos preocuparnos, no solo porque no estamos demostrando el amor y la pasión que sentimos por el otro, sino porque evadimos sus beneficios como lo es el descansar mejor, tener un mejor ánimo, y esto maneja mejor el estrés. Existen varias razones por las cuales hombres y mujeres evitan tener sexo en situaciones así, ejemplo: Rutinas que no coinciden: Parejas que tienen horarios de trabaja diferente, no solo complican los momentos en que se ven, sino también los momentos que coinciden el tener sexo.
Los hijos: Cuando la pareja tiene hijos existen dificultades en hallar tiempo para funcionar ya que es un peligro convertirse solo en padres y olvidarse de tu pareja.
Depresión: Basta que un miembro de la pareja pase por un cuadro depresivo, para que el sexo se vea afectado. El cansancio: Largas horas dedicadas al estudio o al trabajo, la preocupación por la casa y los hijos, es cosa de sumar y seguir. Al final del día el cuerpo está exhausto.
Problemas económicos: La presencia de deudas o un mal manejo del presupuesto, genera un estrés que repercute en todo ámbito, incluyendo lo sexual. La invasión de familiares o amigos compartiendo el hogar: Debemos recordar que como pareja no podemos permitir intromisiones y más a la hora del sexo.
De nada sirve que hagan la vista gorda y pretendan que no está ocurriendo nada cuando sabemos quién es el que viene a hurtar, robar y destruir como intruso lo que Dios unió. En ese momento la comunicación es clave y deben de ser lo más honestos posible para poder dilucidar cuál es el problema y cómo solucionarlo. No se acusen: No busquen culpables, ya que esto puede generar mayor rechazo, sino que afronten el tema como un equipo.
Busquen soluciones concretas: Si el problema es la falta de tiempo, las deudas o los hijos, entonces enfoquen posibles salidas para cada problema, ya sea coordinando sus horarios, haciendo un plan para saldar sus deudas, o dejando los niños en casa de los abuelos o amigos por unas horas aprovechando ese tiempo para estar solos y puedan concentrarse en su relación. No dejen de ser afectuosos: Esto ocurre muy a menudo cuando se comparte el hogar con otras personas o los hijos están siempre en el medio para llamar la atención.
El afecto es indispensable inclusive practicándolo frente a familiares o amigos, esto es contagiosos y trasmite un buen ejemplo de imitar.
Relájense: Muchas veces las circunstancias impiden bajar el ritmo de las actividades, pero pueden buscar otras maneras de relajarse para que puedan logran una buena disposición para el sexo. Pueden salir a caminar, o bañarse juntos en la tina o regadera (shower). Busquen ayuda: Si creen que no pueden salir de esto por si solos, no se avergüencen y busquen ayuda profesional.
Una terapia puede ayudarles a enfrentar el tema como pareja y salir fortalecidos. Para esto los Doctores Pablo y Elena Prezioso se ponen a tu disposición en caso que lo necesites. Solo debes concretar una cita y con mucho gusto te atenderemos. Recuerda “Mejor es pájaro en mano que mil volando” no sea que alguien que tenga mejor tiempo que tú te robe a tu pareja.
¡Hoy es tiempo de cambiar!
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