Así que, ni el que planta es algo, ni el que riega; sino Dios, que da el crecimiento.
El apóstol Pablo nos da a entender que los siervos de Dios son solo un instrumento en sus manos nada más y el que pone la confianza en el hombre tarde o temprano termina enojado con Dios.
La pregunta que debes hacerte es esta: Acaso nunca un hombre o mujer te defraudó? Si eres casado/a sigues teniendo a tu pareja arriba del pedestal? Que pasó con tus hijos cuando te dijeron la primer mentirá? O cuando tu hija adolescente te llego con la noticia que estaba embarazada.
Dios te manda a no poner los ojos en el hombre. David conforme al corazón de Dios le falló al Señor y era el Rey de Israel.
Tú mismo/a te fallaste a ti mismo/a el día que le prometiste a Dios ayunar un día entero y a las cuatro horas estabas comiendo.
Así que, ni el que planta es algo, ni el que riega; sino Dios, que da el crecimiento.
Jesús no te va a fallar. No dejes de congregarte en una iglesia porque el Pastor o un hermano/a te fallo bajo tus expectativas porque un día
tú también le vas a fallar a alguien, solo pon la confianza en la cruz y toma tu arado y sigue adelante.